Ganarse la vida

Todas las personas, del campo y de la ciudad, buscamos una forma de ganarnos la vida, de salir adelante. Desgraciadamente, no todas las personas partimos de la misma posición para hacerlo. Ni tenemos las mismas capacidades ni tenemos las mismas oportunidades. En muchos lugares del mundo, nacer en el campo es nacer en desventaja.

Así sucede en países como Perú y Colombia, donde se habla de una “deuda con el campo”. Esta expresión reconoce una doble tragedia: violencia y pobreza. De hecho, es la población rural de ambos países la que presenta unas tasas más elevadas de pobreza y vulnerabilidad, especialmente entre las mujeres y niñas. Y es la que ha padecido y sigue padeciendo, de una forma desproporcionada, los embates más fuertes de las distintas violencias.

Participación, autoconfianza, pro-actividad, trabajo en equipo y mujeres son algunas de las palabras clave que identifican el trabajo de acompañamiento a mujeres emprendedoras que realiza Viviendas Hogar de Cristo al noroeste de Guayaquil, en Ecuador.

“Orgullosamente Emprendedoras” es el proyecto que, en asocio con Plan Internacional, está contribuyendo al empoderamiento social y económico de 2.500 mujeres a través del desarrollo de sus capacidades para la puesta en marcha de emprendimientos económicos. Para ello, Viviendas Hogar de Cristo ha creado un Semillero de Emprendimientos que ofrece capacitaciones en economía popular y solidaria, en habilidades financieras y productivas, en organización comunitaria y solidaria, etc.

Para saber más sobre la experiencia, vea el vídeo «Orgullosamente emprendedoras».

Viviendas Hogar de Cristo es miembro de la Comunidad de aprendizaje y acción para el desarrollo alternativo – COMPARTE.

Un grupo de campesinos y campesinas, acompañados por el Centro de Estudios Paraguayos Antonio Guash – CEPAG en Paraguay, cree poder hacer algo luego de entender que ellos y ellas no son pobres, sino empobrecidos.

Nuestra realidad es que el Estado está ausente para el pequeño productor minifundario y con simpatía desmedida hacia el agronegocio; en especial del monocultivo de la soja.

Estos compañeros y compañeras se encuentran organizados en la Asociación de Organizaciones Sociales de San Ignacio (AOSSI).

Para las familias indígenas tseltales, la parcela es la trama y el lugar de las relaciones familiares y sociales, así como el escenario para comprender el entorno. Por ello, en Yomol A´tel nos preocupa tanto la cimentación de un precio justo para las familias productoras de café, como la creación y gestión de espacios con prácticas agroecológicas que favorezcan la reconstrucción de parcelas.

En Yomol A´Tel, la apuesta por recuperar las parcelas implica, por un lado, la implementación de tecnologías adaptadas al entorno que buscan el cuidado de la tierra; y, por otro, la recuperación de propuestas organizativas en las que el bien común se traduce en prácticas de colaboración y de economía solidaria, que favorecen el modelo de economía sustentable, justo y humano que perseguimos.

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Yomol A´tel es un grupo de empresas de economía solidaria miembro de la Comunidad de aprendizaje y acción para el desarrollo alternativo – COMPARTE.

Grupo de mujeres

Desde Bolivia, la organización ACLO (Acción Cultural Loyola) nos comparte los avances de su trabajo sobre el desarrollo económico y seguridad alimentaria, el cuidado del medio ambiente, la construcción de una ciudadanía intercultural y participativa, y la investigación para la incidencia política. Pincha aquí para conocer un resumen de su trabajo desde 2012.

ACLO es una organización de inspiración cristiana–ignaciana, fundada en 1966, que busca lograr una vida buena para todas las personas. Es también miembro de la Comunidad de aprendizaje y acción para el desarrollo alternativo – COMPARTE.