Juegaterapia nació como nacen las buenas ideas. Mónica le da una Play que ya no usaba a un niño enfermo de cáncer. El niño sonríe durante horas y es capaz de contagiarnos su ilusión a todos. A partir de ahí la bola de nieve crece y crece sin parar y la “buena acción del día” de Mónica se convierte en un gran proyecto cargado de ilusión. Así nace también la idea que sostiene todo, algo muy simple que todos podemos imaginarnos y que alguien pone por escrito…
“La quimio jugando se pasa volando”
Qué hacemos
Recogemos todo tipo de consolas que funcionen perfectamente y estén en buen estado. También videojuegos para menores de 18 años.
Después, lo donamos todo a hospitales con zona de oncología infantil para hacer que el tiempo de espera y de quimioterapia pase lo más rápido posible.
Cada consola lleva una pegatina con los datos de su donante para que cuando le llegue al niño pueda agradecérselo con una llamada, un mensaje, un dibujo…
Y al final, los niños tendrán que seguir luchando contra el “bichito”, como ellos lo llaman, pero si puede ser con una sonrisa en los labios, todo irá mejor.