Economía Popular y Solidaria: una alternativa de la Corporación Hogar de Cristo para población empobrecida en Ecuador
Una de las características de las ciudades latinoamericanas es su crecimiento no planificado que, por diferentes fenómenos, han constituido grandes asentamientos periurbanos donde prima la pobreza y la marginalidad. Ciudades de centros ricos circundados por cinturones de pobreza.
El desarrollo industrial, con una demanda creciente de mano de obra barata, ha sido uno de los factores propiciadores del desplazamiento de población rural a las ciudades. Sin embargo, la ausencia de políticas agrarias que garanticen servicios adecuados para la sostenibilidad de comunidades campesinas, indígenas y negras es el gran detonador del crecimiento exacerbado de la población urbana.
Guayaquil es una de las ciudades ecuatorianas que por décadas ha sido receptora de población desplazada que ha ocupado zonas periurbanas carentes de servicios básicos como agua potable, salud, educación, alcantarillado, etc.
En esta frontera social marginada se encuentra la Corporación Hogar de Cristo, obra social de la Compañía de Jesús que por 44 años ha estado al lado de las personas más vulnerables, y que forma parte de la red COMPARTE. El programa de vivienda ha sido uno de los grandes pilares de esta obra. Sin embrago, la generación de ingresos de la población es uno de los grandes desafíos que afronta a través del programa de Economía Popular y Solidaria, que entre sus líneas de trabajo ofrece:
1. Semilleros de emprendimientos
Promueve el desarrollo de iniciativas productivas y la asociatividad a partir de un ciclo de formación en economía popular y solidaria. Entre las iniciativas estimuladas por el programa están la fabricación de calzado, gastronomía, diferentes tipos de artesanía, textiles, elaboración de mochilas, entre otras. La comercialización de estos productos se ve favorecida por la promulgación de una ley del estado ecuatoriano por medio de la cual los supermercados deben ofrecer un 33% de sus productos de origen en la economía popular y solidaria.
Las iniciativas de emprendimiento que tienen capacidades desarrolladas para la producción y administración cuentan con un fondo de financiamiento que otorga crédito destinado a apalancar estas microempresas comunitarias.
2. Banca comunal (metodología Banco Grammen)
Son organizaciones de crédito y ahorro conformadas en su mayoría por mujeres que se asocian para gestionar un sistema de microcrédito, ahorro y apoyo solidario. Cada grupo cuenta con una estructura organizativa autónoma conformada por vecinos. La Banca Comunal es una metodología crediticia que consiste en que una organización sin ánimo de lucro, en este caso Hogar de Cristo a través de un banco formal, otorga préstamos a un grupo de personas encargadas de su manejo.
Entre los objetivos que persigue la Banca Comunal se encuentran:
- Extender los servicios bancarios a los hombres y mujeres en situación de pobreza.
- Eliminar la explotación de los pobres por los prestamistas.
- Crear oportunidades de empleo por cuenta propia para la gran multitud de gente desempleada en las zonas periurbanas marginales de Guayaquil.
- Que las personas desfavorecidas autogestionen sus ingresos, principalmente las mujeres de los hogares más pobres, en el seno de un formato organizativo que puedan entender y gestionar por sí mismos.
- Invertir el círculo vicioso de «bajos ingresos, bajo ahorro y un bajo nivel de inversión» en el círculo virtuoso de «bajos ingresos, inyección de crédito, las inversiones, más ingresos, más ahorro, más inversiones, más ingresos».
Las características que podemos rescatar de la Banca Comunal son las siguientes:
- Ofrecen una garantía mutual similar a la de los grupos solidarios. El responsable del pago del crédito es del grupo pero la inversión la realiza cada asociado en su negocio.
- Los créditos se conceden para capital trabajo, es decir, su objetivo final es generar autoempleo.
- Los bancos comunales tratan de acomodarse a las preferencias de los prestatarios.
- No exigen una garantía económica ni avales reales, esta es una de las principales características que diferencia a los programas de microfinanzas de otras ayudas al desarrollo.
- Ofrecen servicios de ahorro y préstamos. Los ahorros son necesarios para poder generar los préstamos y llegar a ser una institución autosuficiente.
- Está especialmente destinado a las mujeres en zonas marginales de Guayaquil, por ser la población más pobre y vulnerable.
- El número de miembros que forman un banco comunal oscila entre los 5 y los 30 miembros.
- Trata de favorecer el desarrollo de las organizaciones locales y regionales.
El Fondo que dinamiza la banca comunal es administrado por Hogar de Cristo y está disponible para iniciativas comerciales. El crédito se otorga al grupo pero es invertido por cada familia o persona en su actividad comercial. El crédito se otorga máximo por 4 meses y se pagan cuotas cada 8 días. El valor del interés es del 3% anual.
La población beneficiaria de la Banca Comunal está formada por alrededor de 8.000 personas en 4 regiones periurbanas marginales (Libertad, Duran, Playas y Monte Sinaí).
El Semillero de Emprendimiento con el fondo de financiamiento para microempresa comunitarias y la Banca Comunal han contribuido a dignificar la vida de muchas personas que han encontrado en la solidaridad y la reciprocidad un soporte para salir del círculo de la pobreza extrema. Así, el programa de Economía Popular y Solidaria de la Corporación Hogar de Cristo forma líderes y lideresas con capacidades para autogestionarse y construir comunidad.