Una de las características de las ciudades latinoamericanas es su crecimiento no planificado que, por diferentes fenómenos, han constituido grandes asentamientos periurbanos donde prima la pobreza y la marginalidad. Ciudades de centros ricos circundados por cinturones de pobreza.
El desarrollo industrial, con una demanda creciente de mano de obra barata, ha sido uno de los factores propiciadores del desplazamiento de población rural a las ciudades. Sin embargo, la ausencia de políticas agrarias que garanticen servicios adecuados para la sostenibilidad de comunidades campesinas, indígenas y negras es el gran detonador del crecimiento exacerbado de la población urbana.
Guayaquil es una de las ciudades ecuatorianas que por décadas ha sido receptora de población desplazada que ha ocupado zonas periurbanas carentes de servicios básicos como agua potable, salud, educación, alcantarillado, etc.
En esta frontera social marginada se encuentra la Corporación Hogar de Cristo, obra social de la Compañía de Jesús que por 44 años ha estado al lado de las personas más vulnerables, y que forma parte de la red COMPARTE. El programa de vivienda ha sido uno de los grandes pilares de esta obra. Sin embrago, la generación de ingresos de la población es uno de los grandes desafíos que afronta a través del programa de Economía Popular y Solidaria, que entre sus líneas de trabajo ofrece: