Entre el 9 y 11 de abril, organizaciones sociales de Ecuador (Corporación Hogar de Cristo, Fundación Río Manta, Servicio Jesuita a Refugiados, Fundación Mariana de Jesús y Fundación Acción Integral Guamote) y la Oficina de Desarrollo de la Provincia Ecuatoriana de la Compañía de Jesús participaron en el taller sobre la Metodología para la Gestión de Procesos Económico-Productivos de Impacto Local y Regional, facilitado por la Secretaría Ejecutiva de la Red COMPARTE.

Esta metodología es una herramienta de planificación estratégica para el desarrollo territorial que, desde la red COMPARTE, ponemos a disposición para ser mejorada y adaptada a al contexto de cada región donde se aplique. Consiste en realizar un ejercicio ordenado, complejo, amplio, propositivo e incluyente, que parte de una lectura estratégica del territorio enfocada en reconocer tanto las potencialidades como los retos de las regiones para el desarrollo territorial.

El fin es que esta herramienta ayude a escalar experiencias de economía alternativa en poblaciones marginadas. Se trata de pasar de experiencias locales y de escala micro a experiencias de impacto subregionales o regionales con perspectivas cada vez más amplias (macro), en el marco indispensable de la sostenibilidad alimentaria, la autonomía política y cultural de las comunidades y las prácticas agroecológicas correctas.

Es una propuesta metodológica que surge en una región específica de Colombia y bajo condiciones particulares, pero que está enriquecida por años de trasiego en la búsqueda de alternativas de buen vivir en centros sociales, organizaciones populares y otras instituciones.

Desde ayer hasta el 23 de marzo de este año, dieciséis representantes de organizaciones de la red COMPARTE realizarán un «Curso Avanzado en gestión económica y social para el desarrollo de la economía solidaria», impartido por el Instituto de Estudios Cooperativos (Lanki) de la Universidad de Mondragón en País Vasco.

Son organizaciones sociales que desarrollan emprendimientos económicos en zonas rurales y urbanas de ocho países de América Latina (Bolivia, Perú, Colombia, Paraguay, México, El Salvador, Ecuador y Nicaragua), agrupando a productores y productoras de café, cacao, banano, miel, lácteos, productos oleaginosos, artesano/as del calzado y del textil, etc. Lo interesante es que estos emprendimientos buscan ayudar a la gente a ganarse la vida de mejor manera y a salir adelante en contextos adversos, donde la pobreza y la exclusión han ido minando sus capacidades para emprender una actividad productiva, sostenerla y sacar adelante a sus familias.

Por ello, la formación de estos tres meses pretende contribuir a desarrollar capacidades de los equipos de estas organizaciones para mejorar la sostenibilidad de sus emprendimientos desde la lógica de la economía social y solidaria. Tendrán que aplicar los conocimientos adquiridos en el diseño e implementación posterior de un plan de negocio orientado a la mejora, consolidación y/o ampliación de la escala del emprendimiento.

Para este propósito, las alianzas con otros actores que comparten el horizonte de una economía más humana y ecológica son claves, por lo que estos tres meses serán una oportunidad para que estas organizaciones entren en relación con otros actores de la economía social y solidaria del País Vasco. De hecho, la alianza entre ALBOAN y la Universidad de Mondragón en el marco de la red COMPARTE ha hecho posible esta formación que es parte de un proyecto más amplio de asistencia técnica y acompañamiento a iniciativas económicas vinculadas con COMPARTE, y que recibe financiación de la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo.

El 30 de octubre pasado, la Asociación de Pequeños Productores de Cacao Piura (APPROCAP) logró ubicarse entre las 18 mejores muestras de chocolate en la feria del chocolate en París (International CocoaAward). Un reconocimiento que representa el esfuerzo y dedicación de la organización por mejorar sus procesos productivos para lograr productos de alta calidad reconocidos en el mercado.

Recorrer Piura es una experiencia de contrastes de paisaje entre valles y sierra. Allí, entre los espacios que deja la montaña para ser labrada, se encuentran las familias campesinas cultivadoras de cacao que, desde 2003, decidieron asociarse para afrontar los desafíos de la producción y la comercialización de sus productos con el fin de mejorar sus medios de vida. Hoy son 242 asociado/as (37 mujeres) que conforman APPROCAP, presente en 2 provincias, 5 distritos y 18 comités de base en la región de Piura.

Cusco es sinónimo de arqueología y turismo, cultura e identidad, gastronomía y diversidad agrícola, biodiversidad y paisaje. Una herencia dejada por culturas precolombinas que poblaron la región del Tawantinsuyo y cuyo epicentro fue esta vasta región marcada por las huellas de una de las culturas más ricas en la historia de la humanidad.

Quispicanchi, provincia del sur de Cusco, alberga parte de este patrimonio. Si bien se han dado transformaciones culturales y económicas, existen grandes potencialidades muy propias de la región que la configuran y prevalecen.  La agricultura y la ganadería son la base económica de las comunidades campesinas, y el turismo empieza a jugar un papel preponderante en las dinámicas económicas, planteando nuevos desafíos en torno a la preservación cultural, ambiental y social.

En este escenario trabaja la Asociación Jesús Obrero – CCAIJO, miembro de la red COMPARTE,  con un recorrido de más de 45 años dedicada a la educación, promoción y desarrollo rural, dinamizando proyectos productivos encaminados a generar condiciones de buen vivir de las comunidades campesinas.

Se llama Pan-Amazonía al conjunto de países sudamericanos que tienen dentro de sus territorios grandes extensiones de la selva amazónica. Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador,  Guyana, Perú, Venezuela, Surinam y la colonia Guayana Francesa conforman la Pan-Amazonía.

Esta vasta región abarca 7,8 millones de Km cuadrados, con cerca de 33 millones de personas, de las que 1,6 millones se reconocen como indígenas conformando más de 385 pueblos indígenas en el 26,6% del territorio (129 pueblos están en aislamiento voluntario); se estima que el resto son personas no indígenas (mestizos, urbanos, campesinos, caboclos, ribereños, y otros). El 23.6% del territorio son áreas protegidas.

En esta región hace presencia desde hace 3 años el Servicio Jesuita Panamazónico de la CPAL (SJPAM) que ha iniciado un proceso de conocimiento, análisis y acompañamiento de proyectos socioeconómicos, a partir de la sistematización de 5 experiencias acompañadas por organizaciones e instituciones de Brasil, Perú y Colombia.